
Sirlene Araujo
La Ley Contra Ilícitos Cambiarios -ya aprobada por el presidente Chávez- ha dado tela que cortar. Por un lado, economistas de trayectoria han aseverado que esta reforma dará paso a u cuarto tipo de cambio que además aumentará la demanda, entendiéndose como el primero el dólar a 2,15, el segundo el dólar petrolero a 4,30, el tercero la actividad del dólar permuta (que ahora será exclusivo del BCV). Sin embargo, los defensores de la ley descartan esta opción y aseguran que la reforma a acabará con la especulación en el mercado.
Sin embrago, lo que habrá que ver es qué tan oportuna sería esta reforma, pues el cambio a la ley es una arruga que se viene corriendo y no es un secreto para el Gobierno que los precios de los alimentos y demás bienes y servicios los ha estado pagado el consumidor, desde hace tiempo, a dólar permuta y hasta más. Pero, lo que más llama la atención son unas cifras de la firma Ecoanalítica que señala que en 2009el mercado permuta movió 27 mil millones de dólares, de los cuales 30% se destinaron para financiar importaciones ordinarias en el país; mientras que el otro 70% se fugó al exterior. Entonces, ¿cómo se explica que el 100% de lo que se consume y se compre en el país lo estemos pagando a este dólar y más?
No hay que tapar el sol con un dedo. Sin duda, la especulación en el mercado está desatada, pues no es mentira que desde el pequeño comerciante hasta el más grande quiere obtener más ganancias. Pero, el Gobierno tiene responsabilidad al respecto a crear un mercado permuta alterno que de seguro traería alteraciones en el mercado y dejar pasar tanto tiempo con ellas.
Si bien los controles de precios traen más distorsiones que beneficios, también es cierto que en cierta conyunutura son necesarios, pues alguien debe poner control y orden. Esperemos a ver qué es lo que pasa...

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