lunes, 8 de febrero de 2010

Algo sobre devaluación


Johana Villalobos

A un mes de la medida que cambió los planes de muchos para el 2010: la devaluación del bolívar, los venezolanos se mantienen a la expectativa de cuál será el impacto del repunte de los precios sobre su calidad de vida; tomando en cuenta que, en su mayoría, la oferta de productos en el país es de origen externo.

Analistas estiman que será en este mes cuando los efectos corrosivos de la devaluación se sientan con fuerza en el bolsillo de los ciudadanos.

Los ajustes de etiquetas que se dieron en enero no causaron mayor impacto en los presupuestos familiares - o al menos no como se esperaba- debido a que tradicionalmente en ese mes se observa una baja de la demanda y del consumo privado. Es en febrero cuando se inician las fechas claves que activan las ventas del comercio nacional.

Sin embargo, ello no significa que el índice inflacionario del primer mes del año, que será también la primera inflación tras la devaluación, sea ajeno al ajuste cambiario. Habrá que esperar cuál será el dictamen de las cifras oficiales; que están a punto de ser publicadas.

En todo caso, las expectativas de los consumidores están centradas en el devenir de los precios para los próximos 12 meses, que según los expertos superará el estimado de 22% plasmado en el presupuesto de la nación para este año y el cierre del 2009 ubicado en 25,1%. Las estimaciones de algunos economistas apuntan un índice general entre el 33% y 35%.

Más allá de las cifras, el deterioro del poder de compra, el impacto sobre los ahorros y las nuevas inversiones serán tema de conversación entre los venezolanos a lo largo del 2010, que será recordado como el año de la devaluación del bolívar fuerte.

3 comentarios:

  1. Felicidades por el blog chicas (y Deivis :P), una gran iniciativa en la os podéis liberar un poquito.

    En cuanto a la devaluación, espero y confío en que se concrete como la medida cumbre para un giro en la estructura productiva del país. L*s venezonlan*s no podéis dejar pasar tanto incentivo a la producción interior, a pesar de ser un pueblo amoldado a la estrategia de petroleo por todo. Un país tan rico en materias primas y en conocimiento no puede convertirse en una mera economía de enclave, incapaz de posicionarse en la división internacional del trabajo.

    No paso por alto que la capacidad de inversión está retenida en unas pocas manos, todas ellas conjuradas para impedir el progreso nacional bajo este modelo, capaces de sacrificar rentas seguras con objetivos políticos.

    Si se consiguiese fomentar la inversión, quizá mediante un sistema de microcréditos a cargo del Estado y de la banca pública, revelándose contra el sistema financiero impuesto y usurero, se lograría esa sustitución de importaciones tan deseada, o al menos una tan cara. De ese modo se iría apagando poco a poco el problemón de la inflación, sobre todo si se sustenta en un sistema de distribución con pocos intermediarios y se evitan las estructuras actuales.

    Lo sé, he pensado en lo idílico. Pero también era idílico pensar en una Korea del Sur avanzada en 1960 y con 20 años de buen gobierno estatalista, dueño de sus políticas, serio y riguroso se ha logrado el desarrollo en todos los campos. Mucho ánimo y mucha suerte.

    Un besazo Joha

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  2. Excelente analisis,pero el comercio debera competir con el antiguo exito....esperemos
    Jonny Páez

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  3. Excelente análisis Sergio. El problema no es idílico, el problema es que la mayoría, inmensa mayoría (que no todos) los empresarios nacionales, insisto que no todos, les hace una falta una dósis de nacionalismo, pensar un poquito menos, sólo un poquito, en cuánto se van a ganar, pensar en cómo pueden ayudar al país.
    No se trata de ser de uno u otra tendencia política, se trata de ser venezolano y actuar en consecuencia, de eso se trata.

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