Johana Villalobos
La consecuente subida del dólar paralelo experimentada en los últimos días - que ha hecho que la divisa roce los 6,60 bolívares-, amenaza la tan deseada estabilidad del nivel de los precios en el país; uno de las distorsiones más significativas de la realidad económica de hoy.
Ciertamente, la contracción económica que arrastramos desde finales de 2009 marcó un desempeño desacelerado en la variable inflacionaria al cierre de enero, al mostrar apenas un 1,7% intermensual; con ello se prueba que la caída del consumo y de la actividad productiva pesó más que el efecto multiplicador que ejerce la devaluación sobre los precios; por lo menos en este primer registro del año.
Ahora bien, el alza progresiva del dólar paralelo, junto a un conjunto de factores estructurales que generan el fenómeno de la inflación (como la falta de oferta nacional), constituye una fórmula corrosiva para el poder de compra de los venezolanos, debido a que la mayoría de los empresarios en el país toman como referencia a este mercado para marcar las etiquetas de los bienes y servicios internos.
Se hace necesario más disciplina por parte del Estado para controlar el ascenso de esta especulativa divisa. Ya que a la final, los más afectados con todo esto son los consumidores.
La consecuente subida del dólar paralelo experimentada en los últimos días - que ha hecho que la divisa roce los 6,60 bolívares-, amenaza la tan deseada estabilidad del nivel de los precios en el país; uno de las distorsiones más significativas de la realidad económica de hoy.
Ciertamente, la contracción económica que arrastramos desde finales de 2009 marcó un desempeño desacelerado en la variable inflacionaria al cierre de enero, al mostrar apenas un 1,7% intermensual; con ello se prueba que la caída del consumo y de la actividad productiva pesó más que el efecto multiplicador que ejerce la devaluación sobre los precios; por lo menos en este primer registro del año.
Ahora bien, el alza progresiva del dólar paralelo, junto a un conjunto de factores estructurales que generan el fenómeno de la inflación (como la falta de oferta nacional), constituye una fórmula corrosiva para el poder de compra de los venezolanos, debido a que la mayoría de los empresarios en el país toman como referencia a este mercado para marcar las etiquetas de los bienes y servicios internos.
Se hace necesario más disciplina por parte del Estado para controlar el ascenso de esta especulativa divisa. Ya que a la final, los más afectados con todo esto son los consumidores.
Por qué en estos análisis no se incluye la corrupción como un elemento de la inflación. Si en nuestro Pais se reduce la corrupción en un 20% la economía mejoraría notablemente. Que los recursos sean invertidos integramente en las grandes obras y Empresas que requiere el País.
ResponderEliminarestan robando hay corruptos y no hay presos, ademas la inseguridad nos tiene fritos para invertir, porque nadie quiere que lo secuestren
ResponderEliminarLuiggi