Un lujo comer hortalizas y frutas

Sirlene Araujo
Hoy, comer frutas y verduras se ha convertido en todo un lujo. Según el último informe sobre la canasta alimentaria del Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores (Cenda) una familia promedio está gastando al mes casi 600 bolívares para tener en la mesa los frutos esenciales para una dieta “balanceada”.
El centro señala que en marzo de 2010 una familia promedio gastó en frutas y hortalizas (alrededor de 18 rubros necesarios) 588,25 bolívares; es decir, 84,98 bolívares más que en febrero pasado, lo que significa un alza de 16,9%.
Mientras que si se compara con marzo de 2009, el alza asciende a 47,5%. Para esa fecha se invertía 398 bolívares en la categoría “verde”, casi 200 bolívares menos que en marzo 2010. La mayoría de las frutas y verduras que han disparado sus precios es la que requiere de abundantes cantidades de agua para su producción.
Este resultado resulta alarmante, pues si antes -a finales del año pasado y principios de éste por la contracciòn ecopnómica, según el INE- una familia prescindía de comer carne o pollo y lo sustituía por proteínas más baratas, como granos, ahora la alimentación resultará más deficiente y las calorías exigidas por la OMS de 2.800 per càpita estará más que comprometida.
Y esto se agrava más cuando lo invertido actualmente en frutas y hortalizas representa el 28,5% de lo que se gasta en total en la cesta básica promedio que, de acuerdo con el Cenda en marzo se ubicó en Bs.F. 2.057,09, en comparación con febrero cuando llegó a 1.965,25 bolívares.
El ente privado de investigación detalló que dentro de la categoría vegetal, el rubro que dominó la lista en marzo fue el tomate -uno de los principale sfrutos más consumidos en el páis- que subió 120,8%, en comparación a febrero, al pasar de 8,29 bolívares a 7,76 bolívares. Le sigue el pimentón (48,9%), limón (38,2)%, melón (27,6%), zanahoria (18,8%), parchita (16,0%), piña (15,2%), naranja (13,8%) y lechosa (5,6%).
Ahora, con esta inflación en los frutos vegetales causados tanto por la sequía como por la especulación en el meracdo, el veenzolano se verá en la imperiosa necesidad de restringir más su ingesta de vitaminas y minerales. Si antes compraba tres o cuatro frutas al mes, ahora se deberá conformar con una o máximo dos, si el bolsillo lo permite claro. La inflación está golpeando lo más sagrado: la comida